16 abril 2007

El Islam

¡Saludos!

Visto cómo está el mundo en que vivimos, he considerado más que oportuno hacer una serie de entradas sobre el Islam. Así las noticias que veamos sobre nuestros casi desconocidos vecinos no nos sonarán tan a chino.

- En esta primera parte, hablaré de generalidades sobre el Islam.
- En la segunda, trataré acerca de las creencias comunes de todo musulmán.
- Y en la tercera, os explicaré las diferencias entre los distintos grupos mayoritarios (suníes, chiíes y otros, que los hay).

Vamos a ello.

El Islam: Introducción.

De acuerdo con su tradición, el origen del Islam se encuentra en la revelación que Dios/Alá hizo a Mahoma, cuyo nacimiento se data hacia 570 en La Meca. Tras la muerte del profeta en Medina en 632, la revelación sería transcrita siglos más tarde en el Corán.

(NOTA: Dado que “Alá” significa, literalmente “Dios”, ambos términos son intercambiables y como tales los usaré).

a) El término “Islam”.

Tal vez, el principal problema del Islam en su relación con el mundo no islámico sea la dificultad de la traducción e interpretación de sus conceptos. Un ejemplo lo encontramos en la misma palabra "Islam”, término derivado de la raíz S-L-M. Ello puede significar, indistintamente, "estar en paz", "someterse", "obedecer" o "paz" (piénsese, por ejemplo, en la palabra "salaam", de idéntica raíz). Tradicionalmente se traduce "Islam" como "sumisión", refiriéndose a la obediencia debida a Dios/Alá. De este modo, "musulmán" (palabra derivada del mismo concepto) significaría "aquel que se somete (a Dios/Alá)".

b) Islam y arabidad.

Pese a los estrechos vínculos que los unen, los conceptos arabidad e Islam no deben ser confundidos. Mundo árabe y mundo islámico son dos realidades socioculturales que se superponen. Se considera mundo islámico el conjunto de Estados y territorios en los que una proporción significativa de la población profesa dicha religión. Esta comunidad, denominada “Umma”, comprende unos 1.200 millones de personas extendidos por todos los continentes, aunque los núcleos principales se concentran en la mitad septentrional de África y Asia.

El mundo árabe es sólo una parte del mundo islámico, si bien la más importante en términos históricos, y la que cuenta con una homogeneidad y continuidad geográficas más claras. La mayoría de pueblos árabes tiene orígenes étnicos diversos, pero comparten varios elementos fundamentales: Una lengua común, el árabe. Una religión, el Islam. Y un pasado histórico glorioso que se origina en Medina y cuyo apogeo político y cultural se da entre los siglos VIII y XII.

Ser árabe no confiere derechos particulares a los seguidores del Islam, pero es cierto que la arabidad es percibida por los musulmanes como una especie de privilegio, pues al fin y al cabo Dios/Alá eligió a un árabe como profeta, la lengua de transmisión del Islam es el árabe, y desde Arabia se inició la propagación del Islam y la expansión de la civilización árabe.

Las otras grandes religiones monoteístas también están presentes en el mundo árabe, aunque de manera mucho más restringida. Existen importantes comunidades cristianas en el sur de Sudán, en Siria, Jordania, Irak, Libia, así como numerosos coptos en Egipto, y en el Líbano un núcleo considerable de maronitas, además de ortodoxos y católicos. Por último, cabe mencionar la existencia de algunos reductos dispersos de judíos en Marruecos, Túnez y Turquía.

De modo que, como vemos, no todos los árabes son musulmanes. Pero es que tampoco todos los musulmanes son árabes.

De hecho, nunca adivinaríais cuál es el país del mundo con más creyentes del Islam.

No es ningún país árabe. De hecho, es Indonesia. Casi el 90% de sus 240 millones de habitantes se declara musulmán. Lo que son las cosas.

c) Terminología.

Hay otras palabras que muchas veces se utilizan como sinónimos (sobre todo en los medios de comunicación), y no lo son. Aclaremos un poco las cosas.

- “Islamismo”: El islamismo es un movimiento entre religioso y político. Los islamistas buscan la creación de un Estado donde la única ley sea la del Islam. Por lo tanto, todo islamista es musulmán (aunque no todo musulmán tiene por qué ser islamista; puede haber musulmanes que crean en un Estado laico). Para no liar las cosas, en el mundo de la diplomacia se prefiere llamar a este movimiento “islam político”. De cualquier modo, como la idea que cada islamista pueda tener de este “Estado ideal” es diferente, en realidad no debería hablarse de “islamismo”, sino de “islamismos”.

- “Talibanes”: Este es un ejemplo de islamismo (de los muchos que podría haber). Concretamente, en ese tan conocido por nosotros que surgió en Afganistán (y que tiene una de las actitudes más retrógradas en sus regulaciones). Un detalle curioso y poco conocido es que las raíces ideológicas del movimiento de los “Estudiantes” (eso significa la palabra “talibán”) no tienen su origen en Afganistán, sino en la vecina Pakistán. Buscad información sobre el “deobandismo”, y lo veréis.

- “Fundamentalismo”: En esencia, es la defensa del retorno a las enseñanzas de las sagradas escrituras (en cualquier religión, aunque se emplea sobre todo para hablar del Islam). En este sentido, todo movimiento islamista es fundamentalista. Pero como el fundamentalismo no tiene por qué buscar la creación de un Estado, no son totalmente sinónimos (por más que lo piensen nuestros periodistas).

- “Integrismo”: Simplificando, serían integristas los movimientos fundamentalistas más intransigentes y radicales.

- “Yihad”: Aunque normalmente se traduce como “guerra santa” (vaya oxímoron), la palabra en cuestión significa literalmente, “esfuerzo”. En su origen, esto significaba el deber moral que tenía todo musulmán de propagar la fe. Y ello no tiene por qué implicar entrar en guerra con nadie, por mucho que se haya degenerado el término. Eso sí, hay facciones dentro del Islam que, como bien sabemos, entienden el “esfuerzo” como una obligación a vida o muerte. De esos polvos vienen estos lodos. Y un detalle curioso: Dado que ni en castellano ni en árabe la palabra es femenina, en realidad se debería decir “EL yihad” y no “LA yihad”. El uso del femenino viene, cómo no, de dar por sentado que “yihad” significa “guerra santa”. De todos modos, leo que el próximo diccionario de la RAE incluirá el término como femenino, así que ajo y agua. Daremos por bueno el error.

De momento, esto es todo.

Próxima entrega: Creencias comunes.

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